jueves, 13 de enero de 2011

Beatificación de Juan Pablo II


Son cada vez mayores los indicios de que el papa Benedicto XVI aprobará próximamente el milagro necesario para beatificar a su antecesor, Juan Pablo II, con lo que prepararía el terreno para una gran celebración este año, algo que la Iglesia Católica necesita con desesperación para recuperarse del escándalo por abusos sexuales de menores por parte de sacerdotes.
La prensa italiana ha informo que en semanas recientes, los paneles constituidos por la Sede confirmaron la cura milagrosa de una joven monja francesa que padecía el mal de Parkinson después de rezarle a Juan Pablo II.
El actual pontífice debe ratificar el milagro y fijar la fecha de la beatificación, el primer paso importante hacia el ascenso a los altares.
El obispo polaco Tadeusz Pieronek, ex vicepresidente de la Conferencia Episcopal de su país y un viejo amigo del papa difunto, dijo a The Associated Press el jueves que tenía entendido que el anuncio se realizaría el viernes, aunque enfatizó que no había podido confirmar el trascendido.
La beatificación podría realizarse el 1 de mayo, aunque otras fuentes sostienen que sería más adelante, dados los preparativos necesarios para recibir a una enorme multitud de peregrinos.
El jueves, trabajadores iniciaron la restauración de un mosaico en una capilla cerca de la entrada de la Basílica de San Pedro, adonde se presume que se trasladarían los restos de Juan Pablo II para facilitar el acceso del público después de la beatificación.
Su tumba se encuentra actualmente en una gruta debajo de la basílica, donde una fila corta de peregrinos aguardaba para verla.
La Sede no hablará de la posibilidad de esa decisión antes de un anuncio formal por el papa, dijo el vocero, reverendo Federico Lombardi.
Benedicto XVI inició las gestiones de beatificación semanas después de la muerte de Juan Pablo II en 2005, en respuesta a las multitudes que coreaban, "Santo subito" (canonización inmediata) durante la misa fúnebre.
Aunque no esperó los cinco años habituales antes de iniciar el proceso, Benedicto XVI insistió en una investigación exhaustiva para que no quedaran dudas sobre las virtudes de Juan Pablo II.
El último obstáculo era la aprobación por paneles de médicos, teólogos y cardenales nombrados por el Vaticano de que la cura de la monja francesa, la hermana Marie-Simon-Pierre, fue un milagro atribuible a la intercesión de Juan Pablo II.
La monja dijo que se sintió renacer él día que despertó, dos meses después de la muerte de Juan Pablo II, curada del mal que le impedía caminar, escribir o conducir un auto. Había rezado junto con sus hermanas a Juan Pablo II, quien también padeció el Parkinson.
El año pasado surgieron dudas sobre el diagnóstico de la monja era correcto, pero éstas quedaron disipadas después que otros médicos examinaron el caso.
Se necesita un segundo milagro, posterior a la beatificación, para declararlo santo.
Aun que creo yo que esto es demasiado loco, como pueden llegar hasta este extremo de idolatrar a un ser humano, que representa a una de las iglesias que más sangre ha derramado pero en fin.

No hay comentarios: